La tenue luz iluminaba suavemente el rostro de la chica-rata, la cual regresaba a su forma humana a la velocidad del agua que se paseaba por las cloacas portando sobre sí deshechos de la gente. Sharon, su pequeña mascota, inspeccionaba el cadáver que había dejado su dueña, olisqueándolo levemente, aún con algo de miedo a él.
Rata extrajo sus garras del cadáver poco después de tornar su aspecto a humano. A ella le encantaba pegar zarpazos a los zombies que veía, aunque claro, con el sigilo que la caracterizaba. Mientras ésta observaba los restos de su víctima, Sharon, la pequeña rata que la acompañaba siempre, trepó por su pierna hasta llegar a su hombro, donde acarició con sus finitos bigotes la mejilla de Rata, que la observaba con ojos cariñosos.
La joven chica se levantó y comenzó a caminar hacia las escaleras que la sacarían de aquellas cloacas. Cuando llegó a las escaleras, empujó levemente a Sharon para que se metiera en el bolsillo de la chaqueta, y la pequeña rata le obedeció como el que obedece a un sargento. Rata comenzó a subir por las escaleras, y, cuando llegó arriba, apartó la trampilla y accedió al cuartel general de su "banda" que hasta ahora tan sólo tenía dos miembros, ella y Pau.
Al poco asomar la cabeza, Sharon salió de su bolsillo y corrió a la mesa donde estaba Pau con su portátil buscando, como siempre, alguna información útil.
- Hombre, ya era hora de que llegases. - dijo Pau girándose levemente para mirar a Rata.
- ¡Claro! ¡Eso es fácil decirlo! ¡Ese maldito zombie era duro de roer! ¡Ya podías haber venido! ¡Pedazo de vago! - dijo Rata bastante enfadada.
- Venga, mujer, no te pongas así, mira qué he encontrado. - dijo Pau volviéndose hacia la pantalla del ordenador.
- ¿Qué tienes?
- Al parecer hay dos Elenium más.
- Claro dos y doscientos, sé cuántos hay hijo mío. - respondió Rata.
- Me refiero a que he encontrado a dos.
- ¿DÓNDE? ¿CUÁNDO? - dijo Rata precipitándose rápidamente hacia la mesa a observar más de cerca la pantalla y provocándole una leve risa a Pau.
- Al parecer viven en una pequeña aldea en Noruega, al estilo... "vikingo" - dijo Pau con cara sorprendida.
- ¡ALA CÓMO MOLA! - gritó Rata.
- ¿Enserio?
- No... en realidad me resbala - rió.
Rata se alejó un poco de la mesa y Pau intuyó que era hora de viajar en busca de aquellos nuevos elenium. Apagó su portatil, cogió su mochila, en la que Sharon se había metido minutos antes y corrió junto a Rata.
- ¿Valencia?
- Sí... creo que podríamos pasar por Valencia... - respondió Rata.
- ¡Pasemos a ver a Víctor!
- ¡Ostias es verdad! ¡Víctor! Bueno... si te hace ilusión pasamos a verle... - respondió Rata, sabiendo que Pau estaba desando verle.
Pau hizo un gesto de entusiasmo y a partir de entonces, comenzó a andar más alegre y rápidamente. Los dos muchachos, caminaron y caminaron hasta llegar a la parada del metro, donde cogieron un tícket hacia Valencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario